Tiene 5 años que salí de la universidad. Durante el tiempo
que estuve ahí tuve la fortuna de rodearme de personas como yo. Con ideales,
pensantes, con sentido. Con ganas de hacer y no dejarse. Mis años en la
facultad estuvieron conformados por fiestas y planes de mejorar lo que en ese
momento era nuestro entorno. Un grupo de cerca de 20 personas luchábamos por
hacer que la escuela viera lo que pasaba, como sustituían a buenos maestros por
personas sin el perfil para dar clases, como nuestra educación quedaba en manos
de gente que sólo se movía por intereses personales. Buscábamos espacios como
la mesa directiva y los que fueran necesarios para demostrar que había otra
forma de hacer las cosas. De hacerlas bien.
Para nuestra desgracia no había mucho eco entre quienes en
ese momento eran nuestros compañeros, de la misma o de diferentes generaciones,
por lo que nuestros intentos, aunque fuertes, muchas veces fueron limitados por
agentes externos.
Ahora observo a los que hoy son universitarios, en ese
entorno donde estábamos y donde sé que ahora es peor… Los veo y al fin veo el
eco que buscábamos esos con quienes compartí mi paso por la universidad, y yo.
Pienso que hoy, ahora, nosotros somos puente para mostrar
esas voces que comienzan a salir. Egresados de la licenciatura de Comunicación
en Veracruz, somos los mismos que como universitarios luchábamos por lo que
creíamos justo y correcto. Ahora lo hacemos desde nuestros empleos en medios de
comunicación y aún también como jóvenes y como ciudadanía consciente.
Mirando un video de la asamblea #YoSoy132 en la ciudad de
México encontré el discurso de un señor que había vivido la represión de 1968
en la trinchera de su preparatoria. Él hablaba de la congruencia con la que ha
vivido desde entonces, razón por la cual hoy salía a las calles con los
estudiantes a manifestarse en contra de un partido y un candidato que
representan todo contra lo que él luchó en 1968.
Hoy sé que aquellos con quienes solía pasar mis días en la
universidad y con los que aún salgo, me divierto y juntos intentamos componer
el mundo, salen a diario a su trabajo a luchar por lo que siguen creyendo justo
y correcto, y ahora, desde su trinchera, buscan informar de esto a la gente y
crear un impacto, como lo hiciéramos en la universidad, ahora en la sociedad.
NOTA PARA AQUELLOS HERMANOS:
Ha sido un honor haberlos tenido en mi vida universitaria y
es ahora un honor saber que siguen ahí.