La
condesa llegó al enorme salón ataviada con los ropajes más adecuados para la ocasión.
A
lo lejos, el barón de Montesinos la miró y con un ademán la invitó a acercarse
con él. La tomó de la mano y con una reverencia saludó a la recién llegada. Ella
lo miró y asintió con la cabeza en señal de agradecimiento por la atención.
El
barón retuvo su copa y preguntó a la condesa si quisiera degustar la bebida que
esa noche la casa había preparado para el evento. Ella miró a su alrededor corroborando
lo especial de la bebida en esta ocasión por lo que aceptó.
Presto
el barón corrió junto a los camareros por una copa más y en un instante la
depositó con una reverencia en la mano de la joven. De sus labios salieron
palabras de agradecimiento al tiempo que el barón la invitaba a tomar asiento
en la sala del elegante lugar y compartir el momento con los demás miembros de
la realeza de la ciudad capital.
Cumbre
Tajín, área de prensa del nicho de la música