El puerto luce decadente...sus calles se han cubierto no sólo por lodo y deshechos, sino por luces neón y los excesos propios de la inconciencia colectiva.
Sus noches, su diversión, su vida... todo está contaminado.
La sensación de libertad y fuerza se convirtió en polvo que recorre la ciudad cubriendolo todo. Ensuciándolo todo sin que nadie lo note.
Triste regresar a esto...
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