La noche siempre me trae tus aromas...tu perfume, tu aliento, tu cuerpo...
Esta no fue la excepción y mi memoria te recorrió de nuevo.
En esta parte donde a cada uno le toca vivir su vida tu compañía se extraña aunque te tengo hombro con hombro en el país donde habitan las almas. Mi cuerpo non etérico extraña el tuyo como quien prueba un manjar extraído del fondo del océano mismo, para repetir la experiencia únicamente cuando el trabajo no amerita presencia.
Aún así te siento siempre, conmigo, arriba en la galaxia y abajo en la tierra. Ausente, pero presente...junto a mí...
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