Por el decreto de un jaguar la luz de la luna guió mi viaje. Las palabras de aquel ente luminoso caminaron junto a mí. Los cuatro elementos se hicieron presentes en el sendero. Uno a uno, firmes, con la fuerza de cada uno, mostrando su dualidad y enseñanza para que ese conocimiento se quedara en mi memoria durante la nueva etapa a iniciar.
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