1 oct 2010

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Diario de una semidamnificada.


Parte II


Llegué a mi casa mojada y temprano, así que dormí. Entre mis sueños había ruidos, pláticas a gritos y movimiento a mi alrededor. Cuando mi cuerpo decidió que el descanso era suficiente y abrí los ojos la lluvia continuaba afuera, mi mamá llevaba cubetas vacías en la mano, mi hermano cubetas llenas de agua, mi papá regresaba todo mojado con herramienta y comprendí lo que pasaba.

Me paré lo más rápido que pude, me cambié la pijama que traía y como rutina comencé a acarrear cubetas llenas de agua para tirarla en la calle e impedir que entrara el agua a la casa. Reginita daba vueltas por la ruta donde sacábamos las cubetas sin saber qué hacer, así que comencé a darle pequeñas misiones. Agarró la puerta de la recamara para que no se cerrara mientras pasábamos, luego, con su cubetita comenzó a acarrear agua también.

Cuando se llegó el tiempo de ir a trabajar traté de salir de mi casa sin éxito. Estaba rodeada de agua. Al resignarme a no ir al periódico donde acababa de llegar y no me hallaba todavía, descubrí que no había señal por lo que tampoco podría avisar que no iría. En el radio esbozaron un panorama de la gravedad de la lluvia por lo que no me preocupé y después de mantener el agua fuera de la casa regresé a dormir.

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