11 jul 2013

Claroscuro

Te vistes de azul para opacar el cielo.

Pero a estas fechas del calendario es negro, para igualar a las sombras. Esas de las que te alimentas de vez en cuando. A las que vomitas en otras ocasiones. Y que hoy son el refugio perfecto para la ira que albergas contra el mundo entero.

Al final decides colgártela como lápida, castigándote por los pensamientos que no siempre salen de tu boca, intentando proteger a aquellos a quienes les importa si vives o mueres...

Al final es sólo una parte. El mounstro. El que se guarda todos los días y se agazapa de un salto a la realidad cuando las sombras así lo requieren. Las sombras. Los reflectores. Lo que sea que la luz no pueda albergar.